martes, 20 de diciembre de 2016

Tres mensajes y un café sólo con sacarina...

Café, sólo con sacarina... Es martes, pero quizás en un intento de recordar el último viernes de café, o tal vez con el deseo que el próximo viernes esté más cerca, hoy me he tomado en soledad ese café sólo con sacarina. 

Tres mensajes y un café...
Podría ser el título de una canción de mi querido Dani Martín o de mi admirado Sabina, o tal vez del gran Fito, pero no sé cantar y tampoco sé hacer música.

Pero sí es el título de mi nueva entrada en el blog, en ese que escribo y doy voz a mis pensamientos.

Tres mensajes y un café es el inicio de una historia de viernes, de cualquier viernes desde hace unos meses atrás.

De esos viernes que espero cada semana, para compartir café y conversación con un nuevo compañero en la vida.

Después de tres mensajes, llegó aquel primer café, no creo en el destino, pero sí en las casualidades, un café que compartíamos en gusto, sólo con sacarina y a ser posible en compañía y con buena conversación.

Desde aquel primer viernes, pocos han sido los que hemos fallado, el viernes se ha convertido en ese día, es el día de propósitos nuevos, de conversaciones sinceras y abrir un poco más el corazón y el alma.

El viernes el café sabe distinto, sea donde sea, pero con su compañía, el viernes el café me lleva a nuestro encuentro semanal y a echarle  de menos hasta el siguiente.

Esos viernes de cafés me han llevado a conocer a un ser extraordinario, que sabe sacar la mejor parte de mi, a llevar a cabo ideas que jamás hubiera sido capaz de hacer sola. 

Esos viernes de cafés, me han llevado a reencontrarme con Bruce, a escribir sin medida, a tatuajes y maratones.

Esos viernes de cafés me han llevado a conocerme un poco mejor. 

Esos viernes de cafés se han convertido en el motor de mi semana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario