jueves, 26 de enero de 2017

Mañanas de café en Santé

Nadia y yo hemos descubierto nuestro lugar favorito para escribir.

Hemos descubierto Santé, allí nos sentimos como en casa, siempre somos bien recibidas, por la sonrisa de Nuria, que ya conoce nuestros gustos y nuestros nombres.

Hoy nos recibió con café sólo con sacarina y migas.

Allí en una mesa que ya hemos hecho nuestra, Nadia y yo nos hemos sentido tan cómodas que hemos escrito poesía, mientras pasaba la mañana.

Nuria hoy ha tenido el placer de quedarse con un trocito de mi, le he regalado nuestra primera novela y ha prometido disfrutar de Nadia y Jota.

Hemos quedado en volver, lo haremos mañana y cada día que necesitemos un lugar para que Nadia y yo charlemos, o simplemente para disfrutar de la sonrisa y la compañía de Nuria.



lunes, 23 de enero de 2017

Nadia también susurra poesía

Él era música, ella era poesía y juntos eran una obra de arte.

Él la llamaba amor, ella le llamaba vida, juntos eran pasión.

Él era la cobardía, ella la esperanza, juntos eran la fuerza.

Él era la pregunta, ella la respuesta, juntos eran la frase perfecta.

Él era el tren, ella la estación, juntos eran el viaje infinito.

Él era tango, ella bolero, juntos la canción perfecta.

Él era rock, ella era vals, juntos el baile perfecto.

Él era guerra, ella paz, juntos eran la batalla perfecta.

Él era la tempestad, ella la calma, juntos eran la mar perfecta.

Él era ave, ella fénix, juntos eran el resurgir.

Él era el adiós, ella el para siempre, juntos fueron la despedida.

Él fue la  muerte y ella fue la vida, juntos fueron el descanso eterno.



viernes, 20 de enero de 2017

El pozo

Dicen que el día que tocas el fondo del pozo, es el primer día de tu resurgir.

Dicen que hay que conocer la derrota para valorar la victoria.

Que hay que perder para saber que es ganar.

Que hay que llorar para conocer la sonrisa.

Que hay que estar a oscuras para valorar la luz.

Que hay que entrar para poder salir.

Dicen que a veces el silencio es la mejor respuesta.

Dicen que es más duro decir NO te quiero, que te quiero.

Que hay que perder el aire para valorar respirar.

Que hay que suspirar para coger aire, que los suspiros no se escapan, salen.

Que hay que morir en vida, más de una vez para saber vivir.

Dicen que los pozos están llenos de ganadores esperando el empujón que necesitan para resurgir.
Dicen que esperar no es desesperar.



miércoles, 18 de enero de 2017

A qué huele la vida

La vida huele a momentos, a encuentros, desencuentros, alegrías y penas.

La vida huele a decepciones, a momentos inolvidables y momentos para olvidar.

La vida huele a esperanzas pérdidas y esperanzas que nunca mueren.

La vida huele a los que se van para no volver, a los que se quedan y nunca se van y a los que vuelven para quedarse.

La vida huele a los que son pero no están y a los que están pero no son.
Por que por mucho que quiera Shakespeare no es lo mismo ser y estar y estar que ser.

La vida huele a amores y desamores.
A amistades traicionadas y amistades eternas.

La vida huele a casualidades y a destinos.

La vida huele a risas y llantos.

La vida huele a café a primera hora de la mañana.
La vida huele a hierba recién cortada.
La vida huele a lo que queramos que huela.

La vida huele a todos y cada uno de nosotros. 
Por que no hay vida sin nosotros, ni nosotros sin vida.


lunes, 16 de enero de 2017

Malas costumbres...

"Todo aquello que callamos, nos hace daño y más débiles."
(Leído por ahí)

Nos hemos acostumbrado a callar sentimientos, a no mostrar nuestra parte visceral.

Nos hemos acostumbrado a callar los te quiero y los te echo de menos, a esconder todos aquellos sentimientos que nos puedan hacer vulnerables de cara al mundo. 

Nos hemos acostumbrado a no mostrarlos y a no recibirlos.

Nos hemos acostumbrado a corazones helados y cerebros programados.

Nos hemos acostumbrado a sentir en silencio, a escondidas, con miedo.

Nos hemos acostumbrado a susurrar y no a gritar.

Nos hemos acostumbrado a leer almas y corazones a escondidas.

Nos hemos acostumbrado a sentir en solitario.

Nos hemos acostumbrado a las malas costumbres.


jueves, 12 de enero de 2017

El... Ella... Ellos

El era locura, ella era cordura.
El era pasión, ella amor.
El era a veces, ella era siempre.
El era besos, ella era abrazos.
El era el momento, ella la entrega.
El era te deseo, ella era el te amo.
El era cuerpo, ella era alma.
El era el miedo, ella el refugio.
El era la cobardía, ella la valentía.
El era el deseo, ella el anhelo.
El era el momento, ella era la vida entera.
El era la pregunta, ella la respuesta.
El era el día, ella la noche.
El era la duda, ella la seguridad.
El era la tempestad, ella la calma.
El era la fuerza y ella era su debilidad.
El era la noche, ella era su luna.
El era el preso, ella su cárcel.
El era prosa, ella era poesía.
El era ella, ella era él.
Ellos eran ellos.


miércoles, 11 de enero de 2017

El regreso de Nadia

Nos hemos echado de menos, y mucho, se marchó hace algunas semanas, tranquila y pausada, de madrugada y con una maleta pequeña.
Eso me hacia intuir que no tardaría en volver.
Necesitaba un descanso, no tenía nada que contarme ni que susurrarme al oído.

Hoy a media mañana decidió llamar de nuevo a mi puerta, un poco tímida y con ojos y voz melancólica. 
De un modo que parecía estar pidiendo perdón, por haberse ido, por haberme dejado sola una vez más, lo hace a menudo.

Ya no me asusto cuando lo hace, me he acostumbrado a sus idas y venidas, a sus silencios y a sus momentos de locura creativa.

No hemos hablado demasiado, pero si lo justo para comenzar de nuevo nuestros encuentros a media noche y acompañadas de café, libreta de notas y bolígrafo verde.

He esperado sus susurros, pero no tenía mucho que contar, Nadia a media mañana apenas habla, sólo observa. 
Nadia cobra vida a esas horas en las que todo el mundo duerme, cuando todo está en silencio, le gusta ser la protagonista y le gusta hacerse notar.

Se ha movido lentamente a mi alrededor callada y con los ojos muy abiertos. 

Quiero pensar que esta noche será una gran noche, de esas de insomnio creativo y compartido a medias, ella habla y yo escucho y escribo, de esas de disfrute mientras escribimos nuevas historias y retomamos aquellas que dejamos a medias, cuando se marchó sin más.

Nadia va y viene a su antojo, sin obligaciones, ni ataduras.
Hoy Nadia, mi inspiración, mi compañera ha vuelto de nuevo para quedarse.




lunes, 9 de enero de 2017

La noria de la vida

La vida esa noria continúa, en los que vivimos momentos de parada, vértigo, subidas y bajadas. 

La vida esa rueda continúa más lenta, más rápida pero siempre en movimiento.

La vida ese toma y te quito continuo, esa vida llena de emociones, desencuentros, tristezas y alegrías.
Unos días más lentos, otros más rápidos y otros que parecen parados en el tiempo.

La vida, esa noria que nos hace cosquillas en el estómago cuando nos enfrentamos a una altura o ritmo diferente al acostumbrado.

La vida, esa noria que nos invita a subir continuamente a enfrentarnos a ese miedo a lo nuevo, a lo desconocido, a lo bueno, a lo malo.

La vida esa noria que nos invita a vivir lo no vivido.

Que tendrá la noria de la vida, que ninguno, a pesar de todo, queremos bajarnos.


domingo, 8 de enero de 2017

Despedidas y promesas


Volver a la rutina y normalidad, después de días de euforia compulsiva, conlleva tener que despedir a gente que quieres y en ocasiones necesitas tener cerca.

Hoy tocó despedir al arcángel, mi arcángel, mi amigo del alma desde hace más de una década.

Nos despedimos hace unos meses, cuando se marchó, lejos muy lejos, nada menos que al otro lado del mundo.

Nos despedimos con la promesa firme de reencontramos antes de que acabara el año y lo hemos hecho.
Pero hoy y tan solo ocho días después de comenzar el nuevo año, nos hemos vuelto a despedir, con la promesa de vernos más veces a lo largo de este año, de escribirnos a diario e intentar no echarnos de menos.

Le he prometido no llorar, al menos delante de él, para no alargar ese abrazo agónico que nos hemos dado después de compartir ese café tempranero en una fría mañana de domingo.
Pero he llorado en cuanto le he perdido de vista, siempre me hace llorar cuando se da la vuelta para lanzarme ese beso al aire, ese beso que me entrega en señal de sigo a tu lado pequeña, siempre lo he estado y siempre lo estaré.

Le he prometido en silencio dejarme proteger por sus alas de arcángel, esas que me protegen desde la distancia infinita y esas que me deja cuando no puedo volar sola.
En unos días sus alas estarán grabadas en mi cuerpo para siempre.


miércoles, 4 de enero de 2017

Historia de un camino

Paseando y siempre que vas atento, encuentras gente peculiar e interesante.

Esta tarde de camino al trabajo he conocido a Jonnhy, lleva 65.000kms de camino, desde Londres hasta Cáceres. 
Los autobuses, sus pies y algún que otro coche caritativo le están ayudando a completar un reto que se propuso hace cinco años, cuando abandonó su Londres natal.
De origen Noruego y con estudios universitarios un día decidió que quería cambiar su vida y hacer algo diferente.

A muy poco de terminar esta gran aventura sus primeros días de este recién estrenado año, los pasará en Cáceres. Al día de Reyes tiene previsto continuar su camino y terminar en breve lo comenzado en el año 2011.

Un placer conocerte Jonny, suerte y buen camino.


martes, 3 de enero de 2017

Carta a las RRSS

Queridas Redes Sociales, gracias por aparecer en nuestras vidas, por hacer que dependamos tanto de vosotras, por hacer que estemos tan enganchados a vosotros y hacer que otras cosas sean menos importantes.

Contigo comenzó todo, sí contigo, querido Facebook, tu comenzaste con esa pregunta tan estúpida al principio de nuestros muros "que estas pensando" y todos caímos en la tentación de contarle al mundo todo aquello que hacemos, que no hacemos, como nos sentimos. 
Te contamos historias que a veces ni siquiera se las contamos al que está a nuestro lado sentado. Gracias por hacernos creer importantes y por hacernos sentir mejor cuando escribimos  como sí fuéramos escritores, periodistas y nos permites opinar de todo y de todos.


Más tarde, pero no mucho más tarde llego el pajarito, ese que sólo nos permite escribir 140 caracteres, pero te hace hablar con miles de personas, hasta le escribimos a los políticos pensando que nos leen y que tomarán en cuenta aquello que le hemos contado en un espacio muy limitado, pero ahí queda en la memoria virtual, por sí hay que tirar de hemeroteca para sacar trapos sucios.


Y por último llego Instagram esa red que nos ha hecho creer que somos fotógrafos, que ha sido el culmen del postureo, que nos ha hecho perder todo tipo de pudor, vergüenza e intimidad.
Fotos de desayunos, comidas, recién levantados con la leyenda #sinfiltros, en pijama para enseñar el último modelo adquirido de esa marca que también sube fotos en su cuenta.

En fin gracias a todas por hacernos creer que tenemos cientos de amigos de los cuales no conocemos a la mitad, pero sí no tienes seguidores no eres importante.

Gracias por crear a un número indescriptible de egocéntricos, por crear nuevos delitos, ciber-acoso, ciber-estafas y cientos de ciber-etc.
Gracias por hacer perder nuestra intimidad y que nos enfademos por que el vecino de al lado habla de nosotros en un momento puntual, pero no nos molesta que hablen de nosotros en las redes sociales, al fin y al cabo es lo que está de moda, hablar virtualmente y no cara a cara. 
Hemos perdido el valor del café alrededor de una mesa camilla.
Gracias por crearnos enemigos innecesarios, por comentarios inapropiados o mal interpretados.
Y sobre todo gracias por tanto caos y tanto desorden.


lunes, 2 de enero de 2017

Héroes de a pie

 Nunca me han gustado las historias de héroes con capas y máscaras, ni los cuentos de príncipes y princesas.
Me gustan los héroes de a pie, los de carne y hueso, con zapatillas de deportes y con un montón de sueños por los que pelear.
Los héroes que se mantienen en pie, los que ganan batallas y pierden guerras.
Me gustan los príncipes que te besan, por que sí, los que te  abrazan cuando estas a punto de romperte.
Me gustan las princesas guerreras, las que luchan hasta al final, las que besan sapos y ranas hasta encontrar al príncipe, no al azul, sí no a ese que le hace reír, aún cuando está llorando por dentro, le agarra de la mano y le dice, estoy aquí a tu lado, nada malo pasará sí caminamos juntos.

La vida es más fácil y amena sí llevas compañía, a veces es necesario caminar sólo para apreciar los pasos en grupo o en pareja.

Al final la vida se construye de momentos, de creencias y experiencias,en solitario o en compañía. 

La vida al final es creer en algo o en alguien, pero sobre todo de creer en nosotros mismos.

De hacernos los valientes y salir a flote de cada una de las circunstancias y empezar desde cero, tantas veces como sea necesario. 

De tener una mano amiga que te ayude en cada caída y te sujete mientras te levantas, de tener a alguien que se quede a tu lado cada vez que tropiezas y caes, ahí junto a ti y en el suelo, te diga, me quedo contigo hasta que los dos podamos levantarnos juntos.

Todos necesitamos que crean en nosotros y creer en el resto del mundo, pero también necesitamos a ese que cree en nosotros para seguir adelante y afrontar cada comienzo de un modo positivo.

Todos necesitamos un héroe de carne y hueso en quién reflejarnos y por supuesto todos necesitamos sentirnos héroes en algún momento de la vida, ser el reflejo, espejo y ejemplo de alguien.

Todos necesitamos creer y que crean en nosotros.

Me gustan mis héroes, mis heroínas, mis príncipes y princesas. 
Mi vida está llena de cada uno de ellos.


domingo, 1 de enero de 2017

365 estaciones

"Para escribir un guión, no hace falta tener cualidades literarias. Sólo hay que tener algo que decir y contar al mundo. Hay que saber ordenar el desorden o encontrar una aguja en el caos."

Primer día del año, de propósitos y de escribir y vivir nuevas experiencias.

No se trata de cambiar, para mejor o peor, se trata de seguir viviendo y mejorar.

No me cambio por nada ni nadie, me gusta tal y como soy, con mis neuras, mis enfados, mis alegrías y mis penas. 
Estoy hecha de todas esas experiencias vividas, las buenas, las malas y las regulares.

No quiero, ni pretendo cambiar, sólo quiero mejorar y seguir viviendo cada minuto que la vida me regala.
Con los de siempre y con aquellos que quieran seguirme en el camino.

Así hoy día 1 de enero comienzo un nuevo viaje, con 365 estaciones, para continuar el viaje o cambiar de destino cuando no me guste el que llevo.
Me siento libre de hacerlo, por que nada, no nadie me ata para no hacerlo.
Soy dueña de mi destino, pero no de mi vida.
Hoy comienzo a escribir un nuevo guión.