Pues no sé sí fue un día cinco, un día siete o cuando fue.
Sólo sé que desde ese día nada volvió a ser lo que era, desde entonces me despierto y duermo pensando en tu mirada, soñando con tus abrazos y sonido de tu voz.
No sé cuando fue, tampoco me importa, por que nuestro amor no tiene fecha nunca la tendrá, nos seguiremos queriendo y echando de menos por igual.
Por que estamos condenados a querernos sin principio pero también sin final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario