"No hubo dramas, no hubo lágrimas, mientras se miraban e intentaban separar sus manos.
Aquella despedida no era un adiós definitivo, era un hasta luego, era la espera a una nueva oportunidad.
Una oportunidad que la vida les había negado en aquellos momentos inadecuados, de momentos inoportunos y sobre todo de momentos de miedos.
Miedos que les impedían quererse como querían y merecían.
No era el momento, tal vez nunca lo fue.
No hubo dramas, sólo un adiós en silencio con voces rotas y nudos en la garganta.
Aquellos nudos que nunca les dejaron gritar un te quiero.
Un nudo, un miedo, disfrazados de orgullo, que los llevaba hacia al abismo para nunca volver a encontrarse."
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