En los momentos en los que me siento pequeña y me asaltan los recuerdos de mi niñez, me refugio en la lectura de ese pequeño libro, no sin antes releer mil veces esa dedicatoria.
Tuve la suerte de seguir manteniendo una gran relación con Juanita hasta hace un par de años, los achaques y su avanzada edad la apartaron de mi.
En estos días en los que estoy viviendo momentos importantes y desconocidos, me he vuelto a refugiar en la lectura de SU PRINCIPITO.
Juanita, no he dejado de escuchar, ni dejo de escuchar el eco de tu voz, gracias por acompañarme hasta este camino, que ahora sí sé que es el correcto.
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