viernes, 3 de noviembre de 2017

Maldita soledad

Lo encontraron al amanecer, junto a la vía del tren, con la única compañía de una botella de licor a medio terminar y las cenizas de un cigarrillo sin fumar.


Lo encontraron tendido en el suelo, arropado con aquel abrigo que había sido su fiel compañero en ese último invierno, ese invierno tan gris.


Lo encontraron al inicio de un nuevo día, ese día que ya no quiso ver.

Junto a una nota a medio escribir, quién sabe si una despedida, una poesía o una canción sin terminar.


Lo encontraron abandonado a su suerte, la que nunca le acompañó.


Encontraron a una sola culpable, la maldita soledad.



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