martes, 24 de octubre de 2017

La Cita

Fue una noche a finales de verano, cuando descubrió que hacía tiempo que su corazón estaba dormido.

Bastó un saludo de cortesía, acompañado de una mirada de complicidad y una tímida sonrisa, para darse cuenta que aquel corazón comenzaba a despertar.

Aquella noche quedó una cita pendiente, que llegó más temprano que tarde, para entonces aquel corazón y toda ella habían sido conquistados sin apenas darse cuenta.

De camino a aquel primer encuentro despertaron un sin fin de miedos, de nervios que a punto estuvieron de hacerle regresar sobre los pasos que ya había avanzado, solo el recuerdo de aquella mirada y de aquella tímida sonrisa consiguieron que siguiera hacia adelante.

Y al llegar al final de aquel camino que tan largo le había parecido, allí estaba, esperando con el corazón expectante, que delataba que también había sido conquistado, a pesar de haber sido herido por algún desamor del pasado.

Fue en el aquel momento de miradas encontradas cuando ambos descubrieron que llevaban demasiado tiempo buscándose pero sin encontrarse.

No hubo palabras, solo la necesidad de besarse y abrazarse, así sin soltarse de la mano y mirándose, los vi caminando hacia un lugar solo para ellos.



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