martes, 3 de octubre de 2017

Día  3 de octubre de 2017
Llevo desde el domingo con el corazón encogido de rabia y de pena, incluso he llegado a sentir vergüenza.
RABIA, por ver cómo España ha llegado a unos extremos incontrolables de odio, que impotencia ver cómo somos capaces de comportarnos como los animales más salvajes en medio de la selva, sin cordura y sobre todo sin escrúpulos.
VERGÜENZA, por la imagen que se está transmitiendo hacia el exterior.
Pero sobre todo de PENA, mucha pena, por tanto odio, unos quemando banderas  porque parece que así son más catalanes y menos españoles y otros boicoteando empresas catalanas porque así parecen más españoles que el resto, sin pensar que en esas empresas trabajan muchos que de lo único que son culpables es querer llevar un sueldo a casa.
Y todos creando enemistades, mientras ellos, esos que han metido a España en este lío volverán a darse la mano y volverán a almorzar juntos. 
Seguid defendiendo a los que buscaron un colegio seguro para votar, mientras cruzabais la calle sin saber si llegarais al otro lado y descargabais la rabia contra los que fueron a ayudaros.
Seguid dando la cara por aquellos que ni siquiera saben, ni se preguntan quién eres.

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