martes, 2 de agosto de 2016

COLECCIONISTA DE MOMENTOS

Desde hace algunos años parece que se ha puesto de moda no tener tiempo, el trabajo, los estudios, el gym, los niños, la casa, etc, son la excusa perfecta para no dedicar tiempo a los amigos e incluso a nosotros mismos.

Hemos perdido las buenas costumbres de compartir un café a media tarde, una cerveza en buena compañía, una tarde de cine y palomitas o un rato de conversación mientras paseamos.

Digo que está de moda, por que parece ser que si dispones de este bien tan poco preciado estas desfasada y obsoleta e incluso eres o pareces un poco "ñoña".

Nos hemos aferrado demasiado a lo material, dinero, coches, joyas, relojes y todo aquello que nos dé un status social.
No somos conscientes de que todo eso no es más que un modo de etiquetarnos y compensar os por la carencia de tiempo.

Yo siempre he sido muy de contacto, de abrazos, de besos, de caricias, de mirar a los ojos mientras hablo y comparto un café o una cena.

Creemos que los regalos materiales son importantes, que cuanto más caros son, más nos quiere aquel que nos obsequia con él.

Yo prefiero regalar cenas preparadas a medias en casa, un café a media tarde con galletas recién hechas y bizcocho recién horneado. Me gusta regalar tardes de sofá con películas y palomitas disfrutando de buena compañía y tener la sensación de estar haciendo un gran regalo y a la vez lo estoy recibiendo.
Esos momentos compartidos son siempre recordados con una sonrisa.

Me gusta el olor a chocolate por que me recuerda a las tardes de invierno en casa, me gusta el olor a bizcocho en el horno por que me recuerda que mis sobrinos vienen a merendar a casa, el olor a palomitas a tardes de sábado viendo películas en blanco y negro.
Esos momentos no desaparecen nunca, siempre permanecen en nosotros de un modo u otro, unas veces más dormidos, otras más despiertos, pero siempre nos acompañan, por que esos momentos son nuestros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario